Algunos solemos decir: «Mi enfermedad me está hablando»; otros: «Mi cabeza no para»; y hasta hay quien se refiere a: «la asamblea de mi cabeza» o a «mi cabeza de adicto». Reconozcámoslo, padecemos una enfermedad incurable que sigue afectándonos incluso en recuperación y nos da información falseada sobre lo que pasa en nuestra vida. Nos dice que no nos examinemos porque veremos algo demasiado aterrador. A veces nos indica que no somos responsables de nosotros ni de nuestras acciones; otras, que todo lo que anda mal en el mundo es culpa nuestra. Nuestra enfermedad nos engaña para que confiemos en ella.
El programa de NA nos da muchas voces para contrarrestar la adicción, voces en las que podemos creer. Llamamos a nuestro padrino para hacer una revisión de la realidad. Podemos escuchar la voz de un adicto que intenta estar limpio. La solución, en última instancia, es trabajar los pasos y sacar fortaleza de un Poder Superior. Ello nos hará superar esos momentos en que «nuestra enfermedad habla».
Sólo por hoy: Ignoraré la «voz» de mi adicción. Escucharé la voz de mi programa y de un Poder más grande que yo.