La recuperación implica cambio, y el cambio significa hacer las cosas de otra manera. El problema es que muchos nos resistimos a hacerlo; aunque lo que hagamos no funcione, por lo menos lo conocemos. Hace falta valor para aventurarse a lo desconocido. ¿Cómo lo buscamos?

Podemos mirar a nuestro alrededor en las reuniones de NA. Ahí veremos a otras personas que se dieron cuenta de que tenían que cambiar lo que hacían y lo lograron. No sólo nos ayuda a calmar nuestro miedo de que el cambio —cualquier cambio— anuncia desastres, sino que también nos ofrece el beneficio de la experiencia de lo que funciona, experiencia que podemos usar para cambiar lo que no funciona.También podemos echar un vistazo a nuestra propia experiencia de recuperación. Aunque hasta ahora se haya limitado a dejar de consumir drogas, igualmente hemos hecho muchos cambios en nuestra vida, cambios para bien. Sean cuales sean los aspectos de nuestra vida a los que hayamos aplicado los pasos, siempre hemos notado que la rendición es mejor que la negación; y la recuperación, superior a la adicción.

Nuestra experiencia y la de los demás miembros de NA nos dice que gran parte de la recuperación consiste en «cambiar las cosas que podemos cambiar». Los pasos y la fortaleza para practicarlos nos brindan la orientación y el valor necesarios para cambiar. No tenemos nada que temer.

Sólo por hoy: Doy la bienvenida al cambio. Con la ayuda de mi Poder Superior encontraré el valor para cambiar las cosas que puedo.