Una mente cerrada

11 de abril

«Es imposible meter una idea nueva en una mente cerrada. [...] Gracias a la receptividad comprendemos en profundidad cosas que se nos habían escapado durante toda la vida.»

Texto Básico, p. 108

Llegamos a NA en el punto más bajo de nuestra vida. Está­bamos quedándonos sin ideas. Lo que más necesitábamos eran ideas nuevas, una nueva forma de vida producto de la experiencia compartida por personas que habían visto que esas ideas funcio­naban. Sin embargo, nuestra mente cerrada nos impedía aceptar esas mismas ideas que necesitábamos para vivir.

La negación nos impide ver la terrible necesidad que tenemos de ideas nuevas y un nuevo rumbo. Al admitir nuestra impotencia y reconocer lo ingobernable que se ha vuelto nuestra vida, nos per­mitimos ver cuánto necesitamos lo que tiene NA para ofrecernos.

Depender de sí mismo y ser terco impide admitir hasta la po­sibilidad de la existencia de un Poder más grande que nosotros mismos. Sin embargo, cuando reconocemos el lamentable estado al que nos ha llevado la terquedad, abrimos los ojos y la mente a nuevas posibilidades. Cuando otros nos hablan de un Poder que ha devuelto el sano juicio a sus vidas, empezamos a creer que quizás un Poder así pueda hacer lo mismo por nosotros.

Un árbol despojado de sus ramas muere, a no ser que le injer­ten otras nuevas al tronco. De la misma forma, la adicción nos despojó de nuestro rumbo, cualquiera haya sido éste. Para crecer, o incluso para sobrevivir, debemos abrir la mente y permitir que injerten nuevas ideas a nuestra vida.

Sólo por hoy: Le pediré a mi Poder Superior que abra mi mente a las nuevas ideas de recuperación.